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Animando una empresa
Se prevé que la industria de la animación supere el valor aproximado de 270.000 millones de dólares en este 2020. En Colombia, la publicidad animada factura más que el cine y la tv. En este mercado, Jairo Pérez creó la empresa de publicidad y animación, Ovni Studio. Lo entrevistamos en Loop para conocer más del padre de la muñequita Fina, productor de comerciales Alquería y de videos musicales para clientes internacionales.
En Colombia, ¿quién no se acuerda de los animales del bosque bailando al sabor de yogurt Alpina? ¿O de las galletas que se escapan de una casa, porque no van a ser comidas con leche Alquería? ¿O incluso la diminuta mujercita, apareciendo grácilmente sobre la mesa de la cocina, que ayuda a preparar la comida más rica para la familia con la Fina?
La animación colombiana vive en los comerciales de nuestra tele. Productos que se quedan en la memoria y que han sido desarrollados por distintas empresas, estudios y artistas distintos, pero no todos conocen a las personas detrás de trabajos tan memorables. No hemos hablado con el animador de los animales de Alpina, tampoco con el del comercial de las galletas... pero nos sentamos con el creador de Fina.
De un chico de Pasto a un
empresario de animación.
Jairo Pérez es el fundador y director de Ovni Studio, el estudio de animación detrás de los comerciales de leche Alquería con la vaquita, el brownie y la banda de comestibles; del macaco mascota de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, y claramente de la muñequita Fina.
Nació en Pasto, Colombia, donde estudió, creció y se volvió un artista motivado a dibujar, pero no llegó inmediatamente a la animación, ya que no existían academias de animación en Pasto para ese entonces.
“Yo estudié diseño gráfico en Pasto, y fuimos como la primera promoción. De hecho, yo quería estudiar publicidad, y cuando vi de qué se trataba el diseño, pensé que era publicidad”.
Luego de aprender a animar de forma autónoma, usando las mismas ayudas que le daba el programa de flash, se enamoró del mundo de la animación y decidió que su vida se dedicaría a eso. Ya al final de su carrera y con unas enormes ganas de trabajar, Jairo envió su portafolio de dibujos y las pocas cosas que había aprendido a animar en flash a una empresa de animación en Bogotá, Zerofractal (empresa que se escindió en varias empresas, actualmente Mompozt) donde lo contrataron como diseñador. Poco a poco comenzó su trabajo como animador en proyectos como las mascotas de Factor X y La Isla de los famosos, mientras aprendía de los animadores que allí trabajaban.
“Al principio, sobre todo, me sorprendía cada artista que yo veía, porque sentía esa misma sensación de que uno está aprendiendo y cada cosa que uno ve es nueva totalmente para uno, y sentía que el nivel era muy superior al que yo tenía”.
Y así, en el transcurso de dos años, un joven Jairo que era el “junior” maravillado fue mejorando y llegando a ser el director de varias áreas dentro de la empresa; eso sí, siempre conservando las ganas de trabajar.
También hizo excursiones y trabajos en extranjero y la experiencia que adquirió le mostró el poder para crecer por sí solo. Como muchos otros artistas tuvo el sueño de salir del país y animar para Pixar, pero tuvo una idea mejor: la de fundar un estudio aquí en Colombia capaz de producir lo que las empresas de animación extranjeras logran hacer. Claramente no quiso participar como una parte pequeña de esa idea, sino ser la mente creativa detrás de todo el proceso, por eso mismo fundó Ovni Studio y llegó a ser el monstruo que ahora es.
Con la calidad por encima de todo, Ovni ha producido comerciales para las marcas colombianas Alquería, Grasco, Redd’s, Mexsana, Unicentro y más; aunque casi siempre crean los comerciales desde el concepto, Ovni trabaja de mano con estas mismas para llegar al mejor producto; y se ha mostrado como una empresa capaz y creativa para diseñar personajes memorables, escenarios coloridos y una animación carismática y representativa.
Gracias a esto, Jairo ha logrado alzar una empresa de animación exitosa. Bueno, eso y que él no se queda quieto en un solo rol: un generalista como Jairo sabe salir con ideas creativas, escribir guiones, dibujar storyboards, diseñar personajes, hacer rigging a los modelos, dirigir, animar y, sobre todo, disfrutar cada uno de los procesos como si fuera un niño maravillándose con juguetes nuevos.
El nivel de Latinoamérica
Aunque haya bastante competencia y calidad en la industria, Jairo dice que aún falta algo muy importante para llegar al nivel de los grandes estudios estadounidenses y europeos, y ese algo es mano de obra de calidad.
“Si queremos competir con calidad y técnica afuera, es muy complicado […]. Cuando llegamos al tema de ‘listo, ¿tenemos el talento?’ quiero ser totalmente honesto, porque mucha gente dice ‘bueno, pero el talento artístico sí existe en Colombia’ y sí, pero también nos falta muchas cosas como el workflow y tener la suficiente gente. No son 10, 30, 40 personas, ¡son más! Son más personas que estén a un nivel técnico parecido y alto.”
Pixar tiene un equipo de más de 1400 animadores en sus oficinas y Dreamworks se mantiene con 2100. Un ejército de artistas así de grande parece imposible para Colombia, pero moviendo la vista al otro lado del mundo encontramos a Studio Ghibli, la productora de películas animadas que han influenciado la cultura popular y ganado premios de gran nivel; solo tiene 150 personas trabajando todo el tiempo. Ese número es más alcanzable.
Si Colombia quiere llegar a un nivel como ese, debería fomentarse el estudio de animación de calidad. Apuntar a lo que Jairo fomenta en su empresa siempre que contrata artistas bajo su mando: los animadores no deben ser perfectos, ni grandiosos, pero deben estar dispuestos a mejorar constantemente y trabajar arduamente; la actitud debe ser mejorar la calidad en cada detalle, no solamente hacer un trabajo para cumplir una fecha límite. La meta es crear productos con un nivel constante de inicio al fin.
Ovni Studio tiene la intención de producir largometrajes animados cuando se vea suficientemente capaz de manejar ese workflow y desarrollar un producto competente con los estándares internacionales. Por el momento, no toman la decisión inmadura de comer lo que no pueden masticar, así que se mantienen con los comerciales y los videos musicales, manteniendo la animación viva en la pantalla chica, pero seguros de que poner a Colombia junto a Pixar y Dreamworks solo es cuestión de animar a más gente a tomar un lápiz.
Escrito por Juan Camilo Gitterle Clavijo