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Hernán Chica Un
encuentro inesperado con el arte hizo que Jaime Andrés Castañeda dejara
su empleo como consultor financiero y se dedicara, por completo, a lo
que copa sus días y sus noches: la animación en tercera dimensión. |
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Para animar, es preciso "sentir el movimiento". |
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Shrek 2 es parte del portafolio de Jaime Castañeda. |
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El mago de la animación
| Además de saber la técnica, las historias deben tener alma, expresó. |
| Estuvo en la ciudad y compartió los secretos en el arte de animar. |
| Jaime Andrés Castañeda trabaja para producciones de la gran pantalla. |
Por Natalia Estefanía Botero Medellín
Luego
de seis meses de "sequía creativa", la noche antes de que se venciera
el plazo para presentar su proyecto de tesis, a Jaime Andrés Castañeda,
la historia se le apareció completa. Cansado de macerar ideas, sin
encontrar algo que lo moviera, salió una noche a un bar y, acompañado
por una copa de vino rojo, dejó durante unos instantes de pensar y se
tranquilizó.
"En un segundo, la animación pasó ante mis ojos",
explica este bogotano, de madre antioqueña y padre "boyaco" como el
mismo relata, quien estuvo en Medellín, como abrebocas del evento Loop
2004, que se realizará entre el 2 y el 6 de noviembre en el Museo de
Arte Moderno, para compartir con la comunidad paisa su experiencia en
las grandes ligas de la animación internacional.
Last Call o Última llamada,
como se tituló su tesis, se convirtió en la puerta de entrada a los
estudios Blue Sky, en Nueva York, Estados Unidos, una compañía
independiente, que, para 1997, trabajaba en animación para comerciales
y algunos proyectos para la gran pantalla.
Más adelante fue adquirida por Fox. Aunque Last Call era corta en tiempo y la animación no era perfecta, "allí estaba la pasión" y su mirada personal, recuerda Castañeda.
El descubrimiento Esa
pasión por el arte, la fotografía, el diseño y luego, la animación, la
descubrió luego de hacer un recorrido por la ingeniería y la
administración de empresas, hasta llegar a ser consultor financiero en
pleno corazón de Nueva York.
Tras siete meses de aburrirse de
las fluctuaciones del mercado de acciones, se dejó "tocar" por la
animación y decidió convertir el computador en el cincel y el martillo
para expresar lo que siente.
Empezó un Máster en Animación en
el Instituto Pratt, donde entró a competir "con niños que habían nacido
con el lápiz en la oreja". Pero al terminar su nueva carrera, su vida
cambió. No comía ni dormía y las novias no existían.
La
animación empezó a copar su vida hasta hacer parte del engranaje de
proyectos inmensos en los estudios Blue Sky, al que llegó a ser
director Técnico para proyectos como el de Bunny, una coneja
encorvada, que parece una anciana dulce, que salta con ayuda de su
caminador y que mientras cocina un pastel en su guarida, se desespera
con la entrada de una polilla insistente, que lo único que quiere es
encontrar la luz de la lámpara.
A Bunny, que resultó
ganador de un Premio Oscar en la categoría Animación, en 1999, le
trabajaron con la clásica metodología americana, por departamentos, en
donde cada empleado tiene funciones específicas.
Primero se escribe la historia; luego se gráfica en un guión o story board. A partir de allí, se elabora un animatic, que
convierte la secuencia de 2D a la tercera dimensión, acompañada por
voces. "La animación es encontrar las poses críticas y lograr una
transición entre cada una de ellas", indica Castañeda, quien agrega que
empezar a dibujaras o "sentirlas" es una de las claves del trabajo.
Esta construcción determina el lay out, que es el que pasan a los animadores, cada uno de los cuales, trabaja por escenas.
Una animación de un segundo puede demorar dos semanas y para concluir una película como la Era del Hielo, se pueden tomar dos años. En la actualidad, realizar un minuto pude costar un millón de dólares.
Una
vez animada, la escena se pasa a los departamentos de iluminación y
efectos especiales, en los que se graba la música y sonido final de los
personajes.
En Shrek 2, película en la que también
participó Castañeda, como animador en la empresa PDI, una persona
estaba encargada de los efectos del vestido de Fiona; y otra, de la
capa del gato, lo que dimensiona el nivel de especialización que existe
en la industria. El director es en el proceso quien asegura la
coherencia.
La pasión De sus tiempos de profesor, recuerda a sus estudiantes, gomosos de películas como The Matrix,
quienes, luego de verla, llegaban a sus casas a hacer una gran
superproducción. "Eso es imposible", señala Castañeda, porque aunque
exista la tecnología para hacerlo, incluso al alcance del PC, no se
tiene el presupuesto.
Por ello, insiste en conocer las propias
limitaciones y entender que "la animación es arte", dice Castañeda,
para quien es importante no quedarse en los efectos y construir
historias, que pueden ser de 30 segundos, pero que tengan corazón.
Quizás ese sea el comienzo para exportar talento colombiano al mundo.
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al lector |
El talento local necesita más apoyo
"Jaime
Andrés Castañeda viene de una industria que mueve mucho dinero en el
mundo. La animación es un negocio que genera rentabilidad. Por ello, en
Colombia falta voluntad y creer que más que una técnica, esto es un
arte, que vale. El evento Loop 2004, es el traído del niño Dios para la
ciudad, que ayudará a comprender que se abren nuevos espacios para los
artistas y creadores en campos como los videojuegos, la educación, la
publicidad, el entretenimiento y las aplicaciones móviles. En fin, todo
lo que tenga pantalla, será susceptible de tener animación".
Edwin Solórzano Pareja, director Creativo, Animateam.
"En
la ciudad existe un potencial y talento muy grande para que crezca la
industria de la animación en el país. Sin embargo, también hay un
excesivo celo por el conocimiento y, quienes saben, son herméticos. En
la medida en que nos conozcamos en eventos como éstos y exista una
conciencia de colectivo, así como empresas con contactos, dispuestas a
respaldar económicamente la actividad, podremos madurar como comunidad".
Alejandro Eusse, director de Arte de Nodrizza Network.
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